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¿Porqué la biodiversidad depende de la planificación?

Si soy uno de los 8 millones de habitantes de la ciudad capital de Colombia, conocida como Bogotá; la cual se encuentra sobre un altiplano a 2600 metros sobre el nivel del mar; sin embargo la ciudad en los últimos 40 años ha tenido un crecimiento acelerado, generando una víctima silenciosa; sus ecosistemas.

Uno de los ecosistemas que ha sufrido un fuerte deterioro son los humedales de la sabana de Bogotá, lugar de especies y subespecies endémicas, las cuales se encuentran en peligro de extinción. En el siglo XVI la extensión de los humedales correspondía a 500 Km2, actualmente solo quedan un aproximado de 15 Km2 sumando los fragmentos dispersos a lo largo de la ciudad.

Otro de los ecosistemas en el olvido y con fuertes procesos de transformación, son los ecosistemas secos en las montañas que rodean el altiplano en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá y de los valles interandinos. Estos ecosistemas no han tenido una priorización para su conservación debido a que no presentan una riqueza de especies extraordinario o no tienen un alto nivel de endemismo. Lo anterior ha contribuido lamentablemente a una proliferación de licencias y empresas dedicadas a la extracción de arena en los ecosistemas secos cercanos a la ciudad de Bogotá, contribuyendo a una degradación de los suelos y del paisaje.

Por lo tanto cada ecosistema contribuye en la generación de servicios ecosistémicos, muy conocidos para el caso de las selvas tropicales y los páramos andinos, generando políticas de conservación para estos ecosistemas, pero volviendo como ecosistemas de segunda clase a los ecosistemas secos alto andinos.

De esa manera el desorden en la planificación está ocasionando la perdida de los ecosistemas, y de allí su biodiversidad. El referente de esos cambios corresponderían a un factor en común: Las transformaciones a los que están sujetos los ecosistemas a lo largo del tiempo. A lo anterior se le suma que todo ecosistema en términos de conservación no solo se le debe tener en cuenta su grado de amenaza, riqueza y endemismo, sino la funcionalidad que está cumpliendo en un territorio.

Los casos expuestos no solo se dan en la región donde vivo, sino que se repiten en muchos lugares del mundo, reflejando la perdida de ecosistemas y especies, porque sencillamente no se ha dirigido las transformaciones planificadas en un territorio, teniendo como base estructurar sus ecosistemas naturales.

Autor: Pedro Padilla. Biólogo, especialista en gestión de recursos.

Colombia

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